miércoles, 31 de agosto de 2011

MANTENIENDO LA DISTANCIA

¿Por qué me mira así? No sea descarado, no es de caballero desnudar, aunque sea con la mirada, a una mujer decente. No se fíe de mi sonrisa, no es de complacencia. Sepa que me turba. Sus ojos tienen un brillo fuera de lo común, y eso que estoy acostumbrada a que me admiren y hasta que se les caiga la mandíbula cuando me tienen delante.
Pero usted me desconcierta con su expresión tan… tan… demente, diría yo.
No, por favor, ni siquiera intente acercarse, el vidrio blindado no es obra de Leonardo, pero es una forma de conservar el arte.

jueves, 18 de agosto de 2011

LA OTRA INVITADA



-¿Y cuándo será el incendio? –Inquirió mimosa acariciándole el lóbulo de la oreja.

-Cuando tu piel, pegada a la mía, encienda la chispa que lo consuma todo… hasta que la oscuridad sea sólo un recuerdo, hasta que juntos hagamos del placer nuestro propio infierno –le contestó él, al tiempo que la tumbaba sobre la alfombra, sin percatarse de que una chispa de verdad había saltado del hogar dispuesta a participar de la fiesta.

sábado, 6 de agosto de 2011

DIOS DA LA NOTA - Un cuento de Salvador Robles


En el examen de religión, el profesor había planteado una única pregunta a sus alumnos de entre trece y catorce años: “¿Quién es Dios?”. Sólo le faltaba por puntuar uno de los exámenes, el de contenido más sorprendente. Dudaba entre la matrícula de honor y el suspenso, no había término medio. Antes de tomar una decisión, se concedió una última lectura:

“Cuando juego al fútbol, Dios es el balón; cuando veo una película, la pantalla es Dios; cuando leo un libro, Dios es la página; cuando me baño en la playa, las olas son Dios; cuando escucho un disco, Dios es la canción; cuando beso a una chica, los labios de ella son Dios; cuando me contemplo en el espejo, Dios soy yo.”

Al leer lo del beso a la chica, estuvo a punto de decidirse por el suspenso; pero, en ese momento, sintió una punzada en el corazón, que él muy devoto, atribuyó a un aviso del Todopoderoso, así que cogió el bolígrafo y escribió debajo del texto del examinando: “Cuando el profesor te pone una matrícula, Dios es el profesor”.


Del libro "Pequeñas palabras" - Edit. Paréntesis (2010)