sábado, 26 de marzo de 2011

EL OCASO DE LAS BESTIAS

Caminé como un autómata entre los huesos humanos que yacían desparramados entre escombros y sangre seca. Mi visión se perdía más allá de aquel horizonte sin vida y sin futuro. No era como lo había soñado, ningún sueño que se precie podía desembocar en aquella pesadilla.

No recordaba el principio ni lo recuerdo ahora. El paso de los años no me permitió determinar la secuencia de los hechos. Aquí, solo como la una, pero sin reloj que lo atestigüe, apenas surgen de mi mente turbia atisbos de palabras incompletas que jalonaron el sendero de las guerras, luego vino la devastación y la ignominia de haber sobrevivido. ¿Para qué, Dios mío? ¿Dios? ¿Acaso el último hombre puede mantener la fe cuando no sirvió ni como esperanza? Quién sabe.

Los huesos ajenos crujen bajo mis pies. Sigo caminando a pesar de que ya no hay caminos ni huellas que perseguir. Sigo buscando la redención, mi utopía eterna.


Seleccionado Concurso ArtGerust, para su Antología de Ciencia Ficción

viernes, 11 de marzo de 2011

SOBRE LA NUCA


La escarcha cubría todas las superficies en aquella madrugada de invierno. En la calle no había ni un alma, salvo los semáforos que perdían el tiempo haciéndole guiños a nadie, y la estatua de la plaza, nívea de mármol y de hielo. Pero ellos no tenían alma. Un poco más allá, el túnel que unía el centro de la ciudad con los suburbios, se abría como una boca amenazante apenas iluminada por un farol de morondanga, tan miserable que ni siquiera inspiraba un tango.

Uno de los policías bajó del patrullero para estirar las piernas, la guardia nocturna era la peor. Le pareció escuchar un ruido. En aquel silencio los ecos se hacían gritos. Miró hacia la esquina, nada. Barrió con la mirada hasta la subida del puente, nada. Sintió el escalofrío del peligro y tuvo miedo. No era para menos, los fantasmas de sus muertos jamás dormían.

miércoles, 2 de marzo de 2011

¡ÁNIMO!


Pase por la fila de la izquierda por favor, allí le cobrarán. La de la derecha es únicamente para los familiares y amigos del director general, directores de área, gerentes, subgerentes, secretarios, administrativos y personal de maestranza de la Institución, además, allí no se cobra sino que se paga. De modo que vaya hacia donde le indico y dígale al cajero que viene a pagar su derecho de piso, ya ve que hay muy pocas personas delante de usted. Algunas abandonaron la fila por cansancio, otras, murieron en el intento, espero que usted aguante con estoicismo, quizá llegue…