lunes, 13 de diciembre de 2010

ENTRE LAS SÁBANAS

Antes de que despuntara el alba sentí tus manos bajo las sábanas recorriendo mis contornos con la avidez del caminante que espera encontrar una posada para pasar la noche a buen resguardo. Y allí llegaste, a las puertas de mi morada, que aún soñolienta se abrió para franquearte el paso y ofrecerte el cobijo que necesitabas. Los leños del hogar se encendieron sin dilates cuando tu boca hizo cima embanderando las alturas de mis pechos y el amanecer pugnaba sin éxito por ahuyentar a la luna que soñaba en nuestro lecho.

Fui el barro donde esas manos alfareras me dieron forma de mujer, desperdigando besos y caricias, fui el cristal donde se reflejaron tus pupilas ahuecando las distancias que desaparecieron entre murmullos, fui la roca que aguantó los embates de tus olas contra la orilla imperfecta de mi éxtasis y mi locura. Fuimos un solo cuerpo mimetizados entre las sombras, mientras la noche se desmayaba en su afán por emularnos.

Y así, cuando el rayo póstumo escindió nuestros cuerpos en el frenesí descontrolado que ya no admitía lentitud ni retornos, alcancé con mis manos el cielo y con mi suspiros el infierno, alcancé la luz y el ocaso, todo a un tiempo, mientras una gota de sol que se había escapado de su cautiverio, se posó sobre mi alma para avisarme que la gloria llevaba tu nombre. Desde esa noche separo en sílabas tu amor y analizo el predicado. El sujeto, aunque tácito, lo llevo dentro de mí.

jueves, 2 de diciembre de 2010

SIN PALABRAS

-Me supongo que la comida ya está lista.

La mujer, temerosa, asintió con la cabeza gacha y luego sirvió la sopa a su esposo que venía ebrio como una cuba. El niño que estaba en la mísera habitación contigua, temblaba, sabía lo que se avecinaba. Se hizo un ovillo y esperó. Los gritos del padre no tardaron en llegar:

-¡Y a esto le llamas comida, perra! ¡Hasta los puercos comen mejor que yo!

Le siguieron el ruido de golpes secos, huesos rotos, el llanto de la madre... y finalmente el portazo que anunciaba que lo peor había pasado… por el momento. El progenitor se había marchado. Siempre era igual.
Marcelo entreabrió la puerta. La madre ya no tenía lugar en el cuerpo para albergar más golpes. El niño la abrazó como si él fuera el padre, y su madre, la hija. Y acunándole el dolor, le regaló su propia esperanza.

domingo, 21 de noviembre de 2010

CONSULTA DE EDIPO – UN CUENTO DE SALVADOR ROBLES

Se llamaba Sigmundo, y era el psicoanalista más solicitado y, por lo tanto, el más caro del país. Sabedor de que las circunstancias favorables hay que aprovecharlas cuando se presentan, Sigmundo prolongaba su jornada laboral hasta bien entrada la noche. Trabajaba más de doce horas diarias desde hacía tres años, el tiempo que había necesitado para multiplicar por veinte su fortuna.
Acababa de dar cuenta de la hamburguesa y el gazpacho que le había traído su secretaria del supermercado de la esquina -para no perder tiempo, comía en su propio despacho-, y se disponía a atender al primero de los cinco clientes que había citado en la sesión vespertina, cuando el hijo del psicoanalista, Sigmundo Junior, de catorce años, irrumpió en el despacho.
-¿Qué haces aquí? Ya sabes que no me gusta que me molesten cuando estoy trabajando.
-Y trabajando estás, papá. Tus próximos cuarenta y cinco minutos son míos. Necesito hablar contigo, llevo varias semanas necesitándolo.
-¿Pero qué diablos estás diciendo?
-Tranquilo, papá, he pagado la consulta con el dinero que tenía en la hucha, lo he necesitado todo.

Del libro “Pequeñas palabras”. Ed. Paréntesis

miércoles, 10 de noviembre de 2010

LA ESPERA

Lloverá, lo presiento. Es como si el olor de la lluvia se adelantara a la lluvia misma para traerme la noticia de su llegada. ¿Acaso nadie se dio cuenta de que la lluvia huele? Huele a hierba, a tierra… huele a tantas cosas que la memoria se niega a seguir enumerando, sólo siente. La mía, además, sueña.

Por eso preparé el paraguas detrás de la puerta, el impermeable en el perchero y la ilusión en el bolsillo. Sé que muchas veces la lluvia puede traer amor, quizás a mí me regale la magia de tu presencia.

jueves, 28 de octubre de 2010

DEMASIADO TARDE

Algunos lloran desconsolados, a otros, en cambio, las lágrimas se les atragantan en el pecho y no hay forma de que las puedan derramar, quizás porque la soberbia se las enjuga antes de que afloren, quizás porque ya las vertieron casi todas y las que les quedan en el fondo las reservan para el último día.

Quien más, quien menos sabe que el infierno se manifestará ante sus ojos. Por un lado, porque se saben responsables, y por el otro, porque saben que también se manifestará ante los ojos de sus hijos, y con esto último no se juega.

Se dieron cuenta demasiado tarde de que al puzzle en que han convertido a la Tierra le falta una pieza, tan sólo una, pero tan imprescindible como las otras.

lunes, 18 de octubre de 2010

FRAGMENTOS

Con las manos del recuerdo acarició por última vez el rostro que tanto había amado y que ahora se difuminaba entre los recovecos del tiempo.
Luego guardó sus caricias que se convirtieron en nostalgias, hasta que un día echaron a volar, llevándose con ellas un trozo de su alma. Y fue desde ese día que buscó, en la tierra, otra porción de amor para su alma incompleta.

viernes, 8 de octubre de 2010

EXTREMA LEVEDAD


Como los ángeles al caer el sol, así se sintió luego de aquella noche de placer y desenfreno, libre. La fiesta había sido una verdadera bacanal, no podía quejarse, hacía años que no disfrutaba tanto. Una sensación de levedad lo invadió por completo, se sintió extrañamente feliz, despreocupado y… nuevamente libre.

Desde un punto remoto de su conciencia, escuchaba las voces impersonales que le rodeaban.
-¡Atrás! ¡Rápido, que lo perdemos!
-Ya es demasiado tarde…

Alguien comentaba que la sobredosis que tenía encima habría alcanzado para matar a un caballo. Él siguió su camino… el de los ángeles al caer el sol.

jueves, 30 de septiembre de 2010

LA PARTIDA

Y dio otro bocado. El último.

Con parsimonia, tomó la servilleta y se limpió las comisuras de la boca, luego, sin decir palabra, se levantó de la mesa y se dirigió hacia el espejo que ornaba el majestuoso salón comedor de su casa.

El hombre la miraba sin atreverse a romper el silencio. Ella retocó el labial y con la mirada clavada en su propia imagen logró ver la infelicidad dibujada en su rostro.

Sin pensarlo, se despojó de las joyas que la adornaban como una reina, y partió en busca de otras joyas, las que nunca había poseído a pesar de su fortuna.

domingo, 12 de septiembre de 2010

PESADILLA

Es cierto, nunca te dije que lo sabía. Haberlo admitido hubiera alertado tu ira, exponiéndome al escarnio de rebajarme, aún más, a la docilidad de la esclava en que ya me has convertido.

Pero hoy, cansada de aguantar tantas mentiras y tanto maltrato, te lo digo de frente. ¡Lo sé!

Siempre supe de tu pasado sombrío, del tiempo que purgaste en prisión, desde donde me escribías tus cartas de amor. Sí, era yo quien las contestaba, la cara oculta tras el anonimato de un nombre inventado. Yo fui la idiota que se enamoró de un criminal confeso y la que ahora está pagando el precio de su locura.

Ya es tarde para arrepentirme. Pero te aseguro de que este fue tu último golpe.

jueves, 2 de septiembre de 2010

ELLA, LA OTRA

Era bellísima, tanto, que vivía pendiente del tiempo, temiendo que arruinara su razón de vivir. Pero ese tirano que no reconoce la belleza de la fealdad ni la juventud de la vejez, siguió su camino implacable.

Cuando los potes de crema ya no pudieron disimular sus arrugas, la mujer se vio impelida a requerir el auxilio del bisturí para hacerlas desaparecer. Durante un tiempo su rostro daba fe de la cirugía, cumpliendo su cometido, pero indefectiblemente volvían a aparecer.

En su obsesión, vivía frente al espejo, y cuando no, sobre una camilla que la esperaba para el nuevo “retoque”. A simple vista parecía tan bella como siempre, pero en su interior no había medicina que surtiera efecto, el deterioro estaba en marcha.

Aquella mañana, cuando se miró por enésima vez en el espejo, perpleja, no se reconoció. La mujer de la imagen preguntó:
-¿Quién eres?
-Tú -respondió la otra, la extraña.

domingo, 22 de agosto de 2010

LE CONTÉ AL ALBA...

Como cera entre mis manos el alba se convirtió en pájaro de fuego y agazapada en el horizonte se dispuso a escucharme. Y yo, que no sabía otra cosa más que hablarle a la vida, le conté de mis desvelos y de mis esperanzas.

Así supo de mi caminar sediento arrastrándome por la arena del desierto, mientras el espejismo de un oasis me alentaba a transitar hacia la nada, dejándome el alma seca y cicatrices abiertas que laceraban mi cuerpo como la punta de un látigo. También supo del salitre de mis lágrimas que se vaciaban una y mil veces en los mares de mis penas, empapando los recuerdos de otros tiempos y ahogando entre sollozos la nostalgia traicionera. No dejé de contarle del palpitar de mi corazón cuando él me hablaba, ni del color del tiempo que anidaba en su mirada, espejos que no podían mentir porque reflejaban la pureza de su alma.

Y qué decir de mi soledad entre millones, si el alba no comprendía la esencia de las noches ni la bruma que se escapaba de su boca, sólo sabía del rocío que perlaba los capullos de las flores, desparramando luz sobre la hierba diamantina. Tanto le conté de mis sueños y de mis cantares, que sin querer se fue durmiendo mientras yo me despertaba saboreando mi presente que no era otra cosa que la magia de seguir viviendo, atrapada para siempre, entre sus brazos.

sábado, 7 de agosto de 2010

UNA VEZ POR MES


Hace mucho tiempo que aquí nadie cree en los milagros. Ya nos transformamos en unas viejas solteronas y amargadas, por más que nos pasamos la vida molestando a mansalva a San Antonio, ni siquiera se dignó a ofrecernos un mísero pretendiente.

Sabíamos que el pueblo era chico y que escaseaban los hombres, pero siempre albergamos alguna esperanza. Ahora, el pueblo sigue tan chico como entonces, y faltan tantos hombres como en aquel tiempo, pero no nos hacemos problemas. El convento es cómodo y cada mes cambiamos de cura.

miércoles, 28 de julio de 2010

UN DÍA MARAVILLOSO

Se despertó como todos los días, al amanecer. Su reloj biológico no se equivocaba, no importaba que fuera invierno, verano o estaciones intermedias, el ritual se repetía incondicionalmente.

Pensó que sería un día como cualquiera, tratando de convencerse a sí mismo. ¿Qué diferencia podría notar sabiendo de que hoy agregaría un año más a su vida? Ninguna, contestó su voy interior. Y era cierto.

Aún antes de levantarse repasó mentalmente su poco más de medio siglo de existencia, sus logros, sus pesares. Tenía una familia maravillosa, un trabajo que no le convencía demasiado, pero que muchos envidiaban. Repasó mentalmente. Había tenido un hijo, había escrito un libro -en realidad varios-, pero ¿había plantado un árbol? Seguramente que sí, aunque se enfadó consigo mismo por no recordarlo. Al lado de él, su esposa, el amor de toda la vida, aún dormía plácidamente. Era como tener un ángel al alcance de su mano.

Pensó que sería maravilloso plantar un árbol… Un año más para seguir aprendiendo de la vida era el mejor regalo de cumpleaños. Se sintió agasajado. Sí, el fin de semana, aunque ya lo hubiera hecho, se propuso que plantaría un árbol, esta vez lo recordaría para siempre.

viernes, 16 de julio de 2010

ESCENA

La carne rebozada fría no vale nada. De modo que Luis se dispuso a calentarla como mejor sabía. Allí en la playa le resultaba un poco embarazoso, con tanta gente en derredor.

Algunas señoras maduras lo miraban con desagrado, dando claras señales de reproche. Un grupo de adolescentes que tomaba plácidamente el sol, reían en forma desinhibida mientras secreteaban entusiasmados entre ellos. Un poco más allá, una joven madre, tomó a su niño de la mano alejándolo de la escena pecaminosa.

Pero esto no amedrentó a Luis. Introduciendo las manos por debajo de la arena que la cubría, repasó, con placer, los contornos de la mujer hasta que esta se encendió como una tea. Ahora estaba en su punto justo.

martes, 6 de julio de 2010

ÚLTIMO MINUTO

Prisionero de su esfera. El silencio interrumpido sólo por el tic tac monocorde de las horas que se escurrían sin remedio en un mundo que pasaba a su lado sin tocarlo, pero que lo atenazaba en su transcurso con las garras de lo efímero.

De improviso, la fatalidad le salió al paso cortándole las venas de su aliento e intentando desterrarlo para siempre de esa cárcel automática, acerada e indiferente, donde la eternidad es sólo el nombre de una utopía.

Agachó la cabeza, consciente de su minuto final. Pero la guadaña del tiempo, lejos de segar su vida, segó horas, minutos y segundos con un estoque postrero, y él, pudo por fin, liberarse del espectro sin rostro que esgrimía aquellas manecillas circundantes, que siguieron su camino perpetuo, sin saber que el ignoto prisionero finalmente había huido hacia los confines de la vida.

lunes, 28 de junio de 2010

SORPRESA


No dije que lo sabía. Lo inverosímil es que nunca lo hubiera adivinado, y si la realidad no me hubiera incluido en este juego, aún seguiría sin saberlo.

¡Vaya enredo! Yo diciéndote que sabía que la vecina del cuarto piso le ponía los cuernos a su marido, y hoy me vengo a enterar de que eras tú quien me los ponías con ella.

La vida te da sorpresas. Ahora es tiempo de que seas el sorprendido. Sólo escucha…

lunes, 21 de junio de 2010

EL OTRO DÍA

Por cierto, ¿hoy es domingo? -Preguntó ansioso-. Hacía casi un mes que no salía de su casa, el terror lo paralizaba hasta tal punto que había renunciado a su trabajo, sólo por no caminar hasta la parada del autobús.

Gruesas gotas de sudor corrían por su frente al escuchar el más mínimo ruido proveniente de la calle. Salvo los lunes, el resto de los días se daba el permiso de mirar a través de la ventana del apartamento, esa era su única distracción. No estaba tranquilo, pero sabía que difícilmente se animarían a romper su palabra.

Ahora, atisbaba el exterior a través de una pequeña hendija, la suficiente como para no ser observado desde ningún ángulo. O eso creía.

Su mujer llevaba la cuenta de los días transcurridos, sabían que todo se desencadenaría un lunes, pero ignoraban cuál y esto les consumía a ambos. Tachó el sábado en un calendario que había improvisado sobre un papel sucio. Luego dudó. ¿Ayer había tachado el día? Lo supo cuando una bala dio en medio de los ojos del hombre. Era lunes. Se había equivocado…

domingo, 13 de junio de 2010

RÉQUIEM PARA UNA SOLEDAD

La cena se enfriaba sobre la mesa y las velas se consumían sin piedad. Ella, con la mirada perdida a través de la ventana, donde la noche cegaba las ilusiones, trató de desembarazarse del fantasma de la soledad. Pero este se había hecho presente, aprovechando otra ausencia de Carlos.

Una lágrima, sólo una, rodó por su mejilla con la ilusa pretensión de alcanzar el mar. Por fin, se convenció de que él no llegaría. Esta vez, la decisión no se hizo esperar.

Abrió parsimoniosamente el frasco de sedantes, lo vació en la palma de su mano, e hizo el ademán de llevárselos a la boca. En ese preciso momento, sonó el timbre del apartamento. No era Carlos, pero tampoco era la soledad.

lunes, 7 de junio de 2010

ÁLVARO Y YO


La cabaña es íntima, acogedora, invita a perderse entre los vericuetos del placer. Y nos perdemos, así, sin más prolegómenos que la pasión que nos consume, como una hoguera fuera de control donde no nos importa morir abrasados.

Álvaro apaga los móviles, dejándolos caer sobre la alfombra. Me toma por la espalda mordiéndome suavemente el cuello, sabe que este juego me enardece hasta los límites de la desesperación. Me doy la vuelta y lo beso apasionadamente enredando mi lengua a la suya, dentro de su boca, al tiempo que le desabrocho la camisa, el pantalón y el alma…

Las manos de él se escapan bajo mi falda perdiéndose entre mi sexo, lo recorren, se detienen de improviso, intentan hacer noche en su tibieza. Me entrego sin reservas, incapaz de contenerme, simplemente porque no quiero. Todo se acelera, los movimientos, los gemidos, el sudor que barre nuestra desnudez reflejando su brillo sobre la piel.

Cuando la excitación puede más que el juego mismo, el placer estalla entre nuestras piernas y el doble orgasmo rasga la noche, mientras, aferrada a su cintura, acabo la carrera junto a él, tocando el cielo hasta donde he llegado y descendiendo hasta el infierno de nuestra lujuria. Los leños de la chimenea se quedan envidiando nuestras propias llamas que hoy son inmensas, eternas y sin retornos.

jueves, 3 de junio de 2010

LAS MÁSCARAS


La cena se enfriaba en la mesa, la noticia que había sacudido a los comensales, también les había quitado el apetito. La Bolsa caía por efecto de la crisis, y el respaldo económico de aquellos poderosos hombres, se tambaleaba sin remedio. El exquisito aroma de los manjares parecía una bofetada a esa dignidad de pacotilla.

¿Dónde había quedado el gesto de soberbia que hasta hace unas horas adornaban aquellos rostros? Parecía que en el plato de porcelana china con bordes de oro. Pero no, cada gesto moría dentro de cada hombre. Las máscaras nunca caen.

miércoles, 26 de mayo de 2010

EL ENCUENTRO

La mujer de la foto sonreía. Quien la estaba observando, no se reconocía en ella, ésta, por el contrario, tenía dibujado en su semblante, el rictus amargo de la eterna espera.

Encorvada por el peso de la soledad, intentaba atrapar aquella imagen de antaño, cuando aún tenía esperanzas y le sobraba vida. Le dolió el presente en el recuerdo, y trató de asirse a los últimos maderos de su naufragio.

Sola y despojada, en un esfuerzo por ser la otra, recibió el prodigio del encuentro, mutando su rostro actual, melancólico y gris, por aquel otro de la foto, donde se percibía la magia del amor.

No fue un milagro, se había encontrado consigo misma, y con ella, se había aliado con el pasado para forjar su futuro...

lunes, 17 de mayo de 2010

EL JUEGO DEL DESEO


Todos los días coincidían en el parque, cuando ambos volvían de trabajar. A principio se miraban a hurtadillas, pero al cabo de una semana, el descaro les había ganado la partida. Era un juego que disfrutaban sin reservas y los excitaba aún más que si se hubieran tocado. Él devoraba sus curvas, desnudaba sus pechos, se perdía entre sus piernas espléndidas, y gozaba con su fantasía. Ella, consciente del deseo que despertaba, lucía cada día escotes más sugestivos, faldas más cortas. Moría por él, pero también le gustaba jugar.

Había pasado un mes desde el primer encuentro, el invierno teñía de noche la salida laboral. Cada uno fantaseaba con el otro hasta el delirio.

Aquel día, cuando se encontraron cara a cara, se dieron cuenta de que ya les resultaba imposible no tocarse. Ni una sola palabra medió entre ambos. Pura complicidad. Cruzaron la calle hasta un hotel cualquiera. Cuando se desnudaron, dejaron de ser “ellos”. El juego había terminado.


Este microrrelato fue finalista del Concurso de microrrelatos eróticos de ArtGerust, entre un total de 1.385 trabajos validados por el jurado, y pasará a formar parte de la Antología que editará GERÜST CREACIONES, S.L. (Madrid, España)

jueves, 13 de mayo de 2010

SIEMPRE FRENTE A NOSOTROS


Hasta que decidimos volver a colgarla en la pared. La habíamos quitado de allí en un arranque de egoísmo, creímos erróneamente de que teniéndonos el uno al otro, era suficiente.

Sin embargo, con el correr del tiempo nos dimos cuenta de que nos estábamos perdiendo parte de la vida, la de compartir lo mejor de nosotros mismos. Fue cuando la restituimos a su lugar.

Al fin y al cabo, era nuestra historia.

jueves, 6 de mayo de 2010

INTOLERANCIA


-Lamentarán el error del año pasado. -Había dicho enojado, para luego salir dando un portazo.

¿Y qué habían hecho el año anterior para recibir semejante amenaza? Ellos pensaron que habían hecho lo que sentían, lo mejor, no podían entender que el padre de Juan Manuel estuviera tan molesto sólo porque ambos se fueron a vivir juntos. Ramiro, su pareja, también estaba desconsolado.

Después de todo, si amar era un error, creían que persistir en el enfado era una necedad.

miércoles, 28 de abril de 2010

YO, LA MISMA

¡Imbéciles! ¡No tienen derecho! ¿O acaso creen que me aguantaré de escuchar cómo me difaman gratuitamente? Mi vida es mía ¿entienden? Y hago con ella lo que quiero, lo que siento y lo que necesito. No soy ni mejor ni peor que otra, soy… cómo decirles… digna, sí, eso mismo, digna.

Porque aunque soy una mujer pública también tengo sentimientos, disfruto y sufro como cualquiera. Es cierto que mi trabajo es, por lo menos, comprometido, pero alguien tiene que hacerlo y además yo siento un gran placer al ejercerlo… Si pudiera volver a nacer, sería nuevamente parte de este gobierno.

miércoles, 21 de abril de 2010

CARTA SIN FRONTERAS



Mi ángel:

No puedo dejar de decirte que cada vez que te veo, el néctar de mi sexo se derrama sin dilates aún antes de que me toques. Las nervaduras de mis instintos primigenios se desatan cual río fuera de madre con sólo pensarte sobre mi cuerpo lamiendo las colinas de mis senos.

Quiero contarte del eco de tu voz, de la carcajada mágica que abre los caminos sinuosos que se escurren entre mis piernas y que reservo para ti, fuente inagotable del vicio que me corroe las entrañas, siempre que tu boca muerde la mía y me arranca un grito de gloria que se pierde entre las sábanas que reciben la desnudez plácida de nuestros cuerpos hambrientos. No sé cómo expresar mi éxtasis con palabras, pues estas me parecen simples garabatos ante la opulencia desenfrenada que tu presencia me transmite. Pero me quiero acercar aunque sea con un boceto de incoherencias a lo que mi piel siente al recibirte cuando tus manos me recorren y yo me abandono a la lujuria de saber que estoy transgrediendo las fronteras de tu infierno.

¿No te has dado cuenta de que soy la esclava que acata tus órdenes aunque me pidas que me lacere las muñecas? Pues sábelo, porque es el énfasis de mi desenfreno quien me somete en su tortura hasta convertirme en la sangre de tus venas a través de mi delirio.

Me había propuesto no decirte lo que siento para que el placer de lo insólito siga ondeando como nuestra única bandera, mas hoy no puedo callarme porque he visto en tus ojos el reflejo inconfundible de la partida. ¡No me dejes! No podría subsistir sin el amor que reflejan tus pupilas incandescentes, cuando en un rito pagano desgranamos las noches en miríadas de llamas. No podría subsistir si se cerrara para siempre la puerta que has abierto para que yo entre, la puerta de tu morada, la puerta de nuestro infierno.

Quiero que me escuches, es lo menos que te pido. Mírame desde tus profundidades y lacérame las carnes, seré feliz aunque hinques tus uñas en mi espalda, por eso te pido que dibujes con ellas el símbolo de nuestro amor eterno. ¿Quién podría darte lo que yo te doy? ¿Quién ofrecería, como yo, su alma a tu tributo? ¿Quién más estaría dispuesta a recoger los mendrugos de tu boca cuando el hambre ya saciada se escapa por tus comisuras?

Piénsalo, piénsalo, ángel mío… no hay tiempos que en su transcurso pueda acercarte a otra mujer que dé la vida sólo por no perderte, como yo lo hago, lo palpito, lo sufro y lo ansío. ¡Tómame como tantas veces lo has hecho! Con mi consentimiento y sin él, no hay reglas que rijan este desmesurado amor que me quema en su gozo.

Piensa solamente en todas las mujeres que has tenido y que no te han correspondido, piensa solamente que soy la única que siente placer cuando subes desde tu morada, en la cúpula del infierno, para posarte sobre mi cuerpo desnudo que no se resiste, sino que se entrega dócil sin siquiera preguntarte en su desmayo, por qué, ángel caído, me has elegido para engendrar a tu hijo, el hijo del íncubo que amo. Mientras lo piensas, te espero bañada en el sudor de mi inconsciencia.

MORGANA

lunes, 12 de abril de 2010

TIEMPO MUERTO


-Por cierto, ¿hoy es domingo? -Y sin esperar respuesta agregó-. Parece mentira pero ya no recuerdo ni el día en que vivo… menos mal que hoy es domingo.

Su interlocutor lo miró de soslayo, asintiendo sin ganas. Luego cerró con llave la puerta del pequeño cuarto y salió del pabellón número cuatro.


-Pobre tipo -pensó-, no soporta ningún otro día que no sea el domingo, por suerte, aquí siempre es el día que uno quiere que sea.

Había terminado su turno y se disponía a caminar hacia la parada del autobús. No veía la hora de llegar a su casa. El hospicio daba para todo.

sábado, 3 de abril de 2010

DESTINO DE SUEÑOS


Después de muchos años, había decidido agasajarse con un viaje a la costa. Contaba los días que le faltaban con gran entusiasmo. Ansiaba encontrarse frente a ese mar que siempre llevaba en sus adentros y que en poco tiempo se materializaría frente a sus ojos y a sus sentidos.

Pero el azar, que nunca le preguntó si ya había sacado el pasaje o preparado sus maletas, canceló de un plumazo, el viaje esperado. No le importó, guardó el boleto del tren dentro de un libro de cuentos, de tapas azules y nuevas. Número de tren, 305. Coche 301. Asiento 6. Destino…

Sabía que desde el andén de la imaginación, viajaría acompañada, hoy, mañana y siempre a un destino de sueños, también sabía que eran sueños, pero eso tampoco le importaba.

sábado, 27 de marzo de 2010

LA LISTA NEGRA

Me acerco y anoto sus nombres. Se les nota el espanto en sus semblantes, y con un gesto instintivo se echan hacia atrás como si yo fuera la personificación del mismo demonio. Los sigo sin inmutarme, mirándolos de hito en hito, ya estoy acostumbrada a estas reacciones cada vez que tengo mi lista entre las manos.

Es cierto que a veces zafan, pero hoy les aseguro que no se salvarán. El horror deforma sus rostros y finas perlas de transpiración caen desde sus frentes rojas…

Nunca entendí ese miedo ridículo que tienen mis alumnos cuando saben que deben examinarse en mi clase de historia.

sábado, 20 de marzo de 2010

DECIR "MAGIA"




Fue la primera vez en los últimos años que el escritor salió de su casa sin pluma y sin papel, de modo que cuando en plena calle lo acosó la inspiración, lejos de rechazarla, la invitó a que lo acompañara a la Oficina de Correos. Pensaba retirar un libro que alguien le había enviado desde la otra punta del mundo, y luego, pasar por una librería para comprar aquellos elementos, pues sin ellos, se sentía despojado y a merced del olvido.

Estuvo a punto de cambiar el rumbo, disponiéndose firmemente a no separarse de aquellos ímpetus literarios, pues temía que lo abandonaran a mitad del camino. El libro podía esperar, las ideas, no. Sin embargo, mientras dudaba, casi sin darse cuenta ya estaba en las dependencias de la Oficina Postal. Qué más daba…

Una vez que firmó la conformidad, le entregaron el paquete. La curiosidad que había sentido en determinado momento por saber el título del libro que le obsequiarían, quedó relegada al fastidio por retrasar la escritura de su cuento. De todos modos, se dispuso a liberar “al libro” de su embalaje forzoso. Rasgó los precintos de la caja de cartón y la abrió. Adentro había otra pequeña caja que no podía albergar, por su tamaño, a ningún libro que se precie. Pero cuando abrió la segunda caja, la pequeña, apareció frente a sus asombrados ojos, una pluma, sí una pluma negra y brillante que invitaba a ser esgrimida como escudo de la ignorancia. Debajo de ella, había una pequeña nota en un papel escrito sólo por una cara, la otra, seguía en blanco.

Ya tenía la pluma y el papel. También la magia de la amistad que había viajado nada más ni nada menos que diez mil kilómetros, sólo para que él pudiera escribir un cuento, ese día y a esa hora.




sábado, 13 de marzo de 2010

SÓLO POR MÍ

Aquí vinimos a descansar, dije sin mucha convicción a Eduardo, aunque sabía que en cualquier momento sonaría el móvil y él saldría disparado como siempre. Había aceptado casarme con un médico sabiendo que esto pasaría.

A principio me desesperaban esas interrupciones casi continuas, en cualquier momento del día o de la noche, luego comencé a amoldarme a esa vida de sobresaltos, pero ahora, después de tantos años, me gustaría que pudiéramos descansar juntos sin que nadie se interponga…

Eduardo me mira con la comprensión dibujada en sus ojos, arroja el móvil tan lejos que cae al mar. Desde esas profundidades mudas me llegan los ecos de aquellos que llorarán por mi culpa.

miércoles, 3 de marzo de 2010

PRESENTACIÓN DE “PEQUEÑAS PALABRAS”, DE SALVADOR ROBLES


Salón de Actos de la Sede bilbaína de la Multinacional FNAC.

De izquierda a derecha: César Coca, Salvador Robles y Xabier Xalabarté.



El lunes 1º de marzo de 2010, a las 19 hs, fue presentado en la sede bilbaína de FNAC, el libro de microrrelatos “Pequeñas palabras”, a cargo del periodista y escritor César Coca. En la oportunidad, el actor Xabier Xalabarté, leyó algunos relatos del libro, que llegaron a emocionar a la nutrida concurrencia que se había hecho presente en el acto.

Cabe mencionar, que el evento fue considerado por los directivos de la reconocida multinacional, como un gran éxito.

El ambiente ameno, la cabal espontaneidad de Salvador Robles y la larga cola de gente a la espera de la firma de sus ejemplares, contribuyó a colmar las expectativas de autoridades de FNAC y lectores que se encontraban allí reunidos.

Quiero agradecer calurosamente a Salvador, por haberme hecho partícipe de su libro, lo cual es un gran honor para mí. A su vez, hacerle llegar mis sinceras felicitaciones por este nuevo logro, y augurarle muchos más, a lo largo de su extensa carrera literaria.


miércoles, 24 de febrero de 2010

HABÍA UNA VEZ, UNA PALABRA...


En las últimas semanas, el libro había sido su compañero inseparable. Lo leyó con avidez y embeleso, tratando de que ninguna palabra se le escapara de contexto, y que todas ellas quedaran arracimadas, para siempre, en su corazón. Lo hizo su amigo y su confidente, se perdió en sus páginas y vivió sus cuentos, se conmovió hasta las lágrimas y atesoró su sabiduría.

Cada día deseaba que llegara la noche, y con ella el tiempo necesario para dedicárselo al libro, a “su” libro. De modo que cuando terminó de leerlo, la invadió el desconsuelo con su sensación de vacío, y la ausencia, modificó sus noches otrora jalonadas de renglones.

Allí se dio cuenta de que el libro adolecía de un gravísimo error que la angustiaba irremediablemente: su última palabra rezaba “FIN”, y el fin, le coartaba todas las posibilidades de seguir soñando, aún después de haber acabado el libro.

sábado, 13 de febrero de 2010

LOS OTROS DOS


El hombre trató de apartar su pensamiento de la mujer, porque simplemente no soportaba la idea de perderla. La mujer trató de apartar su propio pensamiento del hombre, porque simplemente no soportaba la idea de no conocerlo.

Ambos iban por la vida sembrando caminos y cosechando ilusiones. Hasta que un día sin nombre, dejaron de pensarse y se reunieron para siempre, allí donde nada ni nadie los podría separar nunca, donde aquellos otros que habían sido, hoy eran dos, que serían el proyecto del mañana.

jueves, 4 de febrero de 2010

LUNA DE MIS NOSTALGIAS

La luna se acurrucó en mi cama y arropada con tu nombre acarició las prominencias de mi alma y los abismos de mis ausencias.

Besó, como un amante eterno, mis párpados entornados que olvidaron los sueños para ser fantasmas de las horas muertas.

Tanteó a ciegas la almohada vacía, ésa que de tu lado dejaba entrever que me hacías falta, y con un destello plateado acomodó su luz entre las sábanas blancas de mis nostalgias que se perdieron para siempre llorando entre las penas.

sábado, 23 de enero de 2010

BESOS ROBADOS


El ruido de sus pasos se ahogaba en el césped descuidado del jardín, allí donde la maleza comenzaba a crecer lujuriosa, desbocada y salvaje.

Con un súbito presentimiento giró la cabeza hacia el poniente, justo cuando el sol se ocultaba en el horizonte, y la noche traicionera lo esperaba agazapada para robarle los besos de su amada que yacía hechizada en brazos de las sombras.

miércoles, 13 de enero de 2010

UN NUEVO LIBRO DE SALVADOR ROBLES

En las Letras todo es posible. Es posible hilvanar sentimientos, acunarlos, renegar de ellos, atesorarlos en la profundidad del corazón y de la razón, pero también es posible jugar con las palabras, acercarse a ellas poniendo lo mejor de sí para llegar al lector y atraparlo en ese juego maravilloso donde la realidad, disfrazada de fantasía, echa a volar abriéndose camino entre la atención y el asombro. Salvador Robles posee una habilidad extraordinaria para transmitir esas vivencias cotidianas, que convertidas en relatos, se erigen en el hilo conductor de este nuevo libro. Para muestra, sólo basta un botón...


LA GATA ESPERANZA

Todas las mañanas, la primera tarea que la maestra Adela ordenaba a sus alumnos era que dibujasen lo que les sugería la palabra que previamente había escrito en la pizarra. Aquel día el vocablo elegido fue la esperanza.

Un sol, una flor, una boca sonriente, el ojo de Dios dentro de un triángulo, la cumbre de una montaña, una puerta entreabierta... un gato con botas. ¿Un gato con botas? Qué curioso. Y se le había ocurrido a Dolores, la niña más triste de la clase.

—¿Por qué un gato, Dolores?
—No es un gato, doña Adela, es una gata.
—De nombre Esperanza, ¿no?
—Eso es.
—Y las botas de siete leguas, ¿para qué son?
—Para que no tarde toda una vida en recorrer las miles de leguas que la separan de mí.

martes, 5 de enero de 2010

CAPÍTULO IX: POR EL AMOR DE ISOLDA


Isolda, cubrid vuestra desnudez con el manto de mis labios que han quedado prisioneros en los contornos de vuestro cuerpo. Dejadme una vez más ser el hechicero que os quita el aliento en cada beso amoroso y os lleva sin pensarlo al éxtasis de la gloria.
Dejadme acariciaros hasta que mis dedos pierdan el tacto de tanto repasar vuestros contornos que me ofrecéis sin reparos, que soy caballero mi bienamada, pero sobre todo soy un hombre sediento del amor que me profesáis y del cual hago un culto donde ofrezco el sacrificio de mi libertad.

Vuestros jadeos de placer son como el estruendo de las olas al romper contra la roca, son el canto embriagador de la sirena que me atrae hacia los abismos negros de sensaciones inimaginables, son el grito mártir de esta noche que va muriendo en la insensata cabalgata que los hados no postergan…

¡Sois mía, Señora! ¡Sois mi musa y mi vida!

¡Cielos, no dejéis al ingrato sol asomar en el alba! ¡Que esta noche sea eterna, como eterno es mi amor por Isolda!
¡Cielos, perpetuad la noche, no descolguéis la luna!